"La Física antigua veía al mundo como algo separado de nosotros, que estaba «allá afuera». La Física moderna ve al universo como participativo: todas las cosas están conectadas, y en cierto modo, está «aquí adentro».
Como resultado de la búsqueda, por parte del hombre, de la partícula elemental de la vida y mientras buscaban la piedra fundacional de la vida, los físicos hicieron algunos descubrimientos interesantes. Al tratar de medir las propiedades de las partículas subatómicas, descubrieron que, dependiendo de lo que medían, esas partículas subatómicas, o «cuantos», se manifestaban a veces en forma de partículas y otras, en forma de ondas.
Lo que resulta increíble acerca de todo eso es: una partícula no tiene las propiedades de una onda y una onda no tiene las propiedades de una partícula. Son opuestas. Lo que determinaba si el cuanto presentaba las propiedades de una partícula o de una onda, era el tipo de equipo de medición instalado por los científicos.
Si instalaban equipos de medición de ondas, descubrían que el cuanto era una onda. Si instalaban equipos de medición de partículas, los cuantos eran partículas. Era lo que los científicos quisieran que fuera.
Básicamente, ellos determinaban la realidad. Los científicos determinaban las propiedades, las realidades, de los cuantos a través de la elección de determinado equipo de medición.
La presencia Física y la sensación que producen las cosas materiales son producto de la mente y los sentidos. La forma y sustancia del universo son el resultado de nuestro pensamiento; por lo tanto, vivimos en un mundo mental. Todo tiene una frecuencia vibratoria y nosotros tomamos esas vibraciones y les damos forma y sustancia a través de los pensamientos y los sentidos. Sin la mente y los sentidos, lo único que existe es energía y espacio.
La mente es la clave de la realidad. La realidad de la vida comienza desde adentro, en la mente, y luego toma su forma en el mundo material. Así se manifiesta la espiritualidad: se manifiesta en las leyes naturales del universo.
Si usted puede pensarlo, puede hacerlo. La vida es lo que hacemos de ella. Usted determina qué es la realidad. Ya no es más «será lo que deba ser». Será lo que usted quiera que sea.
Uno de los efectos secundarios de esa serie de hallazgos es el descubrimiento de la paradoja de la realidad.
La paradoja de la realidad consiste simplemente en que todas las cosas contienen su opuesto. Los cuantos pueden ser partículas u ondas; son ambas cosas. Usted puede ser un éxito o un fracaso; es ambas cosas. Y de la misma manera en que los científicos pueden determinar qué serán los cuantos en un momento específico usted tiene el mismo poder sobre el éxito y el fracaso.
El hecho de no hacer nada también es hacer algo, a pesar de que muy pocas personas se den cuenta de ello. Tanto el fracaso como éxito son una elección y al universo o a la naturaleza no les importa cuál de las dos experimenta; le darán cualquiera de las dos cosas.
Necesitamos aprender a sentirnos cómodos con aquello que nos resulta incómodo. El hecho de que la realidad sea una paradoja, de que todas las cosas contengan a su opuesto, que los cuantos puedan ser ondas o partículas, no resulta desconcertante para la naturaleza ni para el universo. De hecho, la naturaleza y el universo están muy cómodos con que las cosas sean así, porque son así.
El universo y todo lo que hay en él se encuentra en un fluir constante, cambiando su polaridad, pero la gente continuamente se esfuerza por lograr que la vida se mantenga inalterable y constante cuando eso es imposible. Al producirse el cambio, algunas personas se alteran y pierden el rumbo por completo. En vez de ver en el cambio la esencia de la vida, el elemento que conforma la oportunidad, solamente ven su propia incomodidad.
Cuando Dios cierra una puerta abre otra: es lo que sucede cuando se produce el cambio. El problema es que la mayoría de las personas no pierde de vista la puerta cerrada y se lamenta en vez de emplear su energía para buscar la puerta abierta.
Necesitamos llegar a sentirnos cómodos con el cambio. El cambio es algo positivo. El cambio es maravilloso. El cambio es la realidad."
Vincent Roazzi