Palabras biocéntricas
Hay palabras que salvan, palabras que anidan en el pecho y hechan a volar cuando están maduras. Hay palabras con poder, que concentran en cada fonema y en su silencio la fuerza de miles de personas, de miles de vivencias. Cada minuto nos envuelven palabras de tiempo, de dudas. Palabras que buscamos, palabras que nos hallan y redimensionan nuestros sentidos. Hay palabras que tienen un aliento vital, un conjuro divino/mortal que una vez cuando pasan ante nuestros ojos, o nuestros oídos ya no somos los mismos. Palabras así encontré en el libro Educación Biocéntrica de Ruth Cavalcante, César Wagner, Fátima Diógenes, Cristiane Arraes y Cássia Regina. Y como nade me hace más feliz que compartir, les extraje algunos de los fragmentos que más me impresionaron, incluso las frases de otros que ellos sabiamente seleccionaron e incluyeron en el todo del libro. Sé del riesgo de citar fuera de contexto, más aún en el caso de una obra tan profundamente orgánica, que respira y se mueve como un sistema, como un cuerpo vivo. Sin embargo, corro el riesgo, aquí están las palabras, sus palabras, ¿nuestras palabras? …
…cuando el gesto es pleno, la identidad se revela plena, la vida se hace plena, como naturalemente es.
Danzar es tejer la vida, conspirar por el acto de vivir en el lecho natural de la realidad, de la cultura, en la dirección del tiempo, en una extraña ruta irreversible, incierta, de oscilaciones, duplicaciones, turbulencias, caos, auto-organización, autopoyesis.
No es enfrentar nuestra mediocridad o nuestra insuficiencia lo que más tememos. Por el contraio, nuestro temor más profundo es medir toda la extensión de nuestro poder. Es nuestra luz lo que nos da miedo y no nuestra oscuridad. ( Nelson Mandela, 1994)
Es esencial crear estructuras para la radicalización de la vivencia, movilizar a las personas profundamente para que tengan una sensibilidad social y humana, fortalecer la identidad y la capacidad de luchar para realizar cambios, enfatizar la salud, descartando el resentimiento y la neurosis, proponiendo una transformación y no apenas una sustitución de una patología por otra.
Descubrir la nobleza de ser entero; sombra y luz (…) La abundancia de entenderse completo y entero en cada momento nos permite acceder más facilmente a los potenciales de la vida.
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