MILES DE ROSAS ABIERTAS
Se hacia muchas preguntas, pero un silencio absoluto era la respuesta. Entonces para dejar de torturarse, se abandono al placer, se dejó guiar, se dejó explorar y conoció el llanto, y los temblores de gel en la carne, y los gemidos húmedos, y las guitarras desnudas. Y se le rebeló también una verdad: reconcíliate con tu olor, es una opción para que te perciban los demás.
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